¿Todos los créditos son iguales? Descubre cuál te conviene más

Un crédito puede ayudarte a cumplir metas, pero no todos son iguales. Conocer los tipos, condiciones y cómo se ajustan a tu presupuesto es clave para evitar problemas financieros.
Powerpay
Mujer con expresión de duda frente a señales que indican tipos de crédito: rotativo, a plazos, garantizado y de libre uso.
Créditos y cuotas

Tipos de crédito: elige con inteligencia según tus necesidades

Entender que no todos los créditos son iguales es el primer paso para tomar decisiones financieras sólidas. Cada tipo de crédito responde a objetivos distintos, tiene requisitos específicos e impacta de formas diferentes tu historial y score crediticio. Aquí te explicamos los cuatro grandes tipos y cuándo te conviene cada uno:

💳 Crédito Rotativo

El crédito rotativo —como el que otorga una tarjeta de crédito— te permite disponer de una línea de crédito renovable dentro de un límite aprobado. A medida que consumes, se descuenta; cuando pagas, vuelve a liberarse el monto. Según la SBS, este instrumento es uno de los más usados en Perú y requiere atención porque el pago mínimo genera intereses que pueden acumularse rápidamente .

Principales ventajas y riesgos:

  • Ventajas: flexibilidad para compras pequeñas e imprevistos.

  • Riesgos: altos intereses si solo pagas el mínimo y afectación del índice de utilización, clave para tu score crediticio.

Mantener el índice de uso por debajo del 30 % es una de las mejores prácticas recomendadas por Equifax para mejorar tu historial .

📆 Crédito a Plazos

Este crédito se caracteriza por otorgar un monto fijo que se devuelve en cuotas programadas con una tasa de interés definida u horaria. Es ideal para gastos planificados como un viaje, un electrodoméstico, o incluso estudios. La SBS indica que este tipo de crédito permite una previsibilidad clara de gastos.

Ventajas y riesgos principales:

  • Ventajas: pagos estructurados y controlados.

  • Riesgos: asumir más deuda de la que puedes manejar o adquirir varios préstamos a la vez.

Plataformas como Powerpay hacen más accesible este tipo de crédito mediante cuotas fijas con tarjeta, ofreciendo claridad y orden al presupuesto.

🔒 Crédito Garantizado

Los créditos garantizados requieren que entregues un bien —casa o auto— como respaldo. En caso de incumplimiento, la entidad financiera puede ejecutar la garantía. Los ejemplos más comunes son el crédito hipotecario y vehicular. La SBS señala que estos productos ofrecen tasas más bajas y mejores condiciones debido al menor riesgo para el banco .

  • Crédito hipotecario: plazos largos (15 a 30 años) y tasas competitivas, ideal para comprar vivienda.

  • Crédito vehicular: financia autos o motos, requiere cuota inicial y seguros.

Precaución: estos préstamos implican compromisos financieros a largo plazo y la pérdida de propiedades si no se paga.

📄 Crédito No Garantizado

Este tipo de crédito no exige una garantía física. El prestamista evalúa tu perfil, comportamiento previo y score crediticio. Aquí se incluyen préstamos personales, crédito para estudios o pequeños proyectos. Son más accesibles, pero también menos favorables en tasa.

La SBS advierte que, al no haber garantía, las tasas suelen ser más altas y el análisis de riesgo más riguroso. Debes comparar ofertas, verificar registros en centrales como Infocorp y Sentinel, y evaluar si realmente necesitas el préstamo.

Este tipo de crédito puede ser útil para construir historial crediticio, siempre que se use con responsabilidad.

🧠 ¿Cómo elegir el adecuado?

  1. Define tu objetivo: emergencia, compra planificada, inversión o compra estructurada.

  2. Evalúa tu capacidad de pago: ¿puedes afrontar cuotas sin afectar tus finanzas?

  3. Compara condiciones: tasa efectiva (TCEA), plazo, comisiones y penalidades.

  4. Mide el impacto en tu score: un buen uso del crédito mejora tu reputación, mientras que abusar del rotativo la deteriora.

Conclusión

No existe un tipo de crédito universalmente “mejor”. La clave está en elegir el que mejor se ajusta a tu situación actual, objetivos y capacidad de pago. El crédito rotativo puede ser muy útil, siempre que no se vuelva una fuente de intereses constantes; el crédito a plazos es más estructurado; los garantizados ofrecen buenos términos, pero con mayores compromisos; y los no garantizados son accesibles, pero pueden tener costos elevados.

Tomar el control de estas herramientas financieras es una forma inteligente de proteger tu futuro y construir un historial sólido.

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